SÍNDROME DE INMOVILIDAD EN EL ANCIANO EN ZARAGOZA

El síndrome de inmovilización es la suma de daños que aparecen en el organismo como consecuencia de la falta de movimiento.
Reposo prolongado en cama, especialmente en ancianos produce múltiples cambios y complicaciones, puede suceder a cualquier edad, pero los ancianos son los que están en mayor riesgo de inmovilización por su declinación biológica normal.
La actividad incluirá trabajo de flexibilidad (estiramiento), fortalecimiento y coordinación, equilibrio y posteriormente resistencia (capacidad aeróbica). Es más importante la continuidad en el ejercicio que la intensidad. Se recomienda iniciar el ejercicio dos o tres días a la semana hasta llegar hasta cinco, alternando la actividad física con situaciones de reposo. De igual manera el esfuerzo físico se irá intensificando de manera progresiva.

cLÍNICA

El síndrome de inmovilidad tiene graves consecuencias en el estado general y la funcionalidad de las personas mayores. Una vez instaurada la falta de ejercicio y movimiento, por la causa que sea, el anciano puede presentar complicaciones diversas:

  • En el sistema cardiovascular: Hipotensión ortostática, disminución de la tolerancia al ejercicio, reducción del volumen circulante y de la reserva funcional cardiaca, disminución redundante de la capacidad al ejercicio, disnea o ahogo, trombosis venosa profunda y tromboembolismos, especialmente el pulmonar.
  • En el sistema respiratorio: Disminución de la capacidad vital respiratoria (que reduce aún más la tolerancia al ejercicio), aumento de producción de moco y disminución movilidad ciliar, que junto al menor reflejo tusígeno se facilitan el establecimiento de tapones de moco que pueden cerrar bronquios, neumonías por aspiración.
  • En el sistema musculoesquelético: Disminución de la capacidad vital respiratoria (que reduce aún más la tolerancia al ejercicio), aumento de producción de moco y disminución movilidad ciliar, que junto al menor reflejo tusígeno se facilitan el establecimiento de tapones de moco que pueden cerrar bronquios, neumonías por aspiración.
  • En el sistema nervioso y psicológico: Deprivación sensorial por falta de estímulo (aislamiento fuera y dentro del domicilio), mayor deterioro cognitivo, cuadros de síndrome confusional, alteración del equilibrio y de la coordinación con miedo a caídas, trastornos de la atención y falta de motivación, depresión.
  • En el sistema digestivo: Pérdida de apetito, trastornos de la deglución y enlentecimiento digestivo, tendencia al reflujo gastroesofágico, estreñimiento e impactación fetal.
  • En el sistema genitourinario: Retención urinaria, incontinencia, cálculos, infecciones urinarias.
  • En el metabolismo y hormonas: Perdida de minerales y oligoelementos (sodio, calcio, fosforo, potasio, magnesio), mayor resistencia a la insulina con tendencia a la hiperglucemia, deficiencias inmunológicas y alteración de su respuesta.
  • En la piel: Áreas cutáneas dolorosas y eritematosas, maceración y atrofia, úlceras por presión. Constituyen la principal complicación de la inmovilidad.
  • En el área social: Aislamiento de la sociedad, incapacitación para el propio cuidado, agotamiento del cuidador, institucionalización. 

OBJETIVOS

Objetivo general:

  • Prevención del deterioro funcional y recuperación de la autonomía personal.

Objetivos específicos:

  • Disminuir la aparición de dolor.
  • Disminuir la aparición de lesiones cutáneas.
  • Mejorar la función muscular y prevenir la atrofia.
  • Prevenir las complicaciones respiratorias.
  • Mejorar la activación cardiaca.
  • Mejorar los estímulos.
  • Mejorar la actividad motriz.

CAMBIOS POSTURALES Y NORMAS POSTURALES DEL ENCAMADO EN GENERAL

Los cambios posturales son de vital importancia sobre todo para la prevención de la aparición de las ulceras por presión. Estas posturas han de ser anatómicas, evitando posturas antiálgicas o viciosas. Estas posturas han de ir variando cada dos o tres horas inicialmente, y si no se observa hiperemia en la piel se puede mantener esta postura hasta 4 horas.
Las posturas son:

  • Decúbito supino: Es una postura la cual es muy bien tolerada, en la que han de estar alineada la cabeza con el raquis, así como las cinturas escapulares y pélvicas equilibradas. En esta postura se presenta distintos puntos de apoyo que sufren riesgo de sufrir lesiones o úlceras, estos son: la nuca, las escapulas, zona dorsal y sacra, los muslos y los talones. Se podrán colocar almohadas en distintas posiciones para evitar estas presiones.
  • Decúbito lateral: Es una postura en la cual el paciente apoya principalmente oreja, hombro, codo, cresta iliaca, rodilla, y sobretodo trocánter. Por eso ha de permanecerse poco tiempo ante el riesgo de lesiones. Es una postura que favorece la flexión de tronco, caderas y rodillas. También ha de ser acompañada por el uso de almohadas para acomodarla.
  • Decúbito prono: Es poco tolerado, y es utilizado más bien para aliviar zonas posteriores de presión.

Para realizar estos cambios los fisioterapeutas utilizamos posiciones ergonómicas para facilitar el paso entre estas posturas:

  • De decúbito supino a decúbito lateral: El fisioterapeuta se ha de colocar en finta lateral, y en el lado de la cama o camilla hacia el que el paciente va a ser girado. A continuación, coloca al paciente de la determinada manera: Cabeza mirando hacia el lado que va a ser girado, brazo proximal separado y brazo distal colocado sobre el cuerpo del paciente, flexiona la rodilla del miembro inferior más alejado, mientras que el miembro inferior más proximal permanece extendido. A continuación, se producirá el movimiento. El fisioterapeuta con la mano craneal sujeta el hombro más distal del paciente, y coloca la mano caudal en el glúteo más distal, y acto seguido tira del paciente hacia sí mismo dejando al paciente en cúbito lateral.
  • De decúbito lateral a decúbito prono: Consiste en acercar el paciente sobre el lado en el que presenta su espalda. Hemos de colocar al paciente: brazo inferior flexionado unos 90 º y en contacto con la cama, brazo superior cerca del costado izquierdo, piernas han de estar flexionadas a nivel de la cadera y rodilla para facilitar el giro. El fisioterapeuta a de colocarse en el lado contrario, sujetarlo sobre el hombro y la cadera, y tirar hacia nosotros para que el paciente gire lentamente y se coloque en decúbito prono. Importante que no quede ningún brazo atrapado bajo el cuerpo, y que la cara no repose directamente sobre la almohada

TÉCNICAS PARA PREVENCIÓN DE COMPLICACIONES CIRCULATORIAS

La enfermedad tromboembólica es un conjunto de alteraciones que abarcan la trombosis venosa profunda, la embolia de pulmón y el síndrome postrombótico.
Para prevenir este proceso, la principal indicación es la deambulación, lo cual activa los músculos de las piernas y hacen que mejore el flujo sanguíneo. En pacientes encamados, se pueden utilizar técnicas como la presión de las plantas de los pies, que producen una contracción de los músculos de las piernas que produce un efecto semejante a la deambulación. También se utilizan medidas como las mayas de compresión, o la elevación de las extremidades inferiores, lo que mejora el retorno venoso. También se utilizan masajes, baños de contraste (calor y frio) y electroestimulación.

tÉCNICAS PASIVAS Y ACTIVAS DE PREVENCIÓN

Se puede mantener la movilidad articular y evitar la atrofia muscular por medio de ejercicios físicos de estiramiento, realizados por otra persona o el mismo afectado. Se trata de lograr que los músculos y las articulaciones se mantengan lo más flexibles posible, y que por medio de los mismos también la fuerza muscular.

  • Ejercicios pasivos: conjunto de técnicas que se aplican sobre las estructuras afectadas, sin que el paciente realice ningún movimiento voluntario de la zona que hay que tratar.
    Las técnicas utilizadas serán las movilizaciones, posturales, tracciones articulares, estiramientosmusculo –tendinosos y manipulaciones.
  • Ejercicios activos: en este tipo de ejercicios es preciso lograr que el paciente desarrolle la conciencia motriz. Para estos ejercicios utilizaremos dos tipos de contracciones (isotónica e isométrica).

eJERCICIOS ACTIVOS A APLICAR EN SEDESTACIÓN Y DE REEDUCACIÓN DEL EQUILIBRIO

Antes del paso a bipedestación, es imprescindible el trabajo del equilibrio y la coordinación en sedestación, para ello se realizarán distintos ejercicios tales como: visión del paciente de su posición ante un espejo para corregir malas posturas, mantenimiento de la sedestación con apoyo de manos, para pasar posteriormente mantenimiento sin apoyo de manos. A partir de ahí se realizarán ejercicios para mejorar el equilibrio y la coordinación, de dificultad progresiva, empezando por la elevación de extremidades superiores, hasta la realización de ejercicios con balón.

Si deseas conocer más acerca del síndrome de inmovilidad en el anciano, contacta con Benedicto fisioterapia Zaragoza.

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